Vals Op 64 No 3, en La bemol mayor
El año 1847, en París, Frédéric Chopin debe
duplicar las clases privadas, y en pocos meses ya no tendrá alumnos debido a
los alzamientos de febrero de 1848. Está enfermo, tose mucho, compone poco. El
frío y gris invierno de 1847 deteriora
aún más el paisaje anímico:
"...hay oscuridad fuera y dentro de mi corazón".
Los tres valses del Opus 64 son
los últimos que escribió, y son los más breves. Fueron publicados en 1847, formando parte de
la última y escasa producción del maestro, vencido por la enfermedad que lo
llevará a la muerte. El Opus contiene el célebre Vals del minuto (No 1), otra célebre y apacible joya en Do♯ menor (No 2) y el último, del que hablamos hoy.
Los dos primeros son los más
famosos, pero el No 3 no se queda atrás en inventiva y gloria. Quizá, incluso,
sea el más notable de los tres, el último que escribió Chopin durante su corta
vida.
Vals Op 64 No 3, en La bemol mayor
Dedicado a la condesa Katarzyna Branicka. Dura menos
de tres minutos de una gran belleza, pura expresión de equilibrio
estructural y armónico.
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