La Patética de Beethoven
Beethoven
escribió sus primeras sonatas a los 13 años, donde ya exhibía un extraordinario
conocimiento musical. También en esas primeras obras se distinguen los
rasgos de su pensamiento, artístico y de
la libertad que se toma respeto a las normas establecidas, así como su espíritu
autocrítico y trasgresor.
No
tenía buena relación con Joseph Haydn, quien había establecido unas estrictas
normas de composición contra las que el por entonces joven Beethoven estaba
dispuesto a luchar.
Su
primera obra de piano la publicó 1795
La
sonata de dos o tres movimientos típica en las composiciones de Haydn y Mozart,
Beethoven la transforma en cuatro movimientos, norma que siguió vigente hasta el
siglo XX.
La
música de piano para Beethoven se convirtió en un campo de experimentación donde expresa su atormentado espíritu.
Una
de sus sonatas más famosas, curiosamente solo tiene tres movimientos:
La Sonata
Patética en Do menor Op.13, n.º 8.
El
propio compositor reconoció que la compuso como una síntesis entre sentimiento
y pasión, lo objetivo frente a lo subjetivo. Tanto en el alma como en el mundo
físico actúan dos fuerzas, ambas igualmente grandes, la fuerza de atracción y
la de repulsión, como dijo Kant.
La Sonata Patética fue dedicada a uno de los
mejores amigos del músico, era el príncipe Franz von Lichnowsky. Se publicó en
1798 y tuvo una buena acogida popular.
Esta
sonata fue escrita dos años antes de su primera sinfonía.
La
“Patética” consta de tres movimientos:
Una
grave y lenta exposición.
El
adagio cantábile fluye en una melodía exquisitamente concebida, bellamente
conformada y perfecta en sí misma.
El
movimiento final es un rondó como solo Beethoven podía escribirlo.
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