Aria en sol. Johann Sebastian Bach
En 1750, el mismo año de su
muerte, tras dos intervenciones quirúrgicas en los ojos, el padre de la música
occidental quedó ciego completamente. Afortunadamente, Bach ya había producido
casi la totalidad de sus 1087 composiciones, habiendo abordado en ellas
prácticamente todas las formas musicales, con excepción de la ópera, género para
el cual no compuso nada.
Suite N.º 3
De un total de cuatro Suits
orquestales, la más conocida es la suite N.º 3.
La suite, también llamada
obertura, es una sucesión de danzas de la época con nombres franceses: allemande,
courante, bourrée, sarabande entre otras, terminando con
una giga; la estructura estuvo muy de moda en los siglos XVI y XVII, a
causa de la influencia de la corte francesa.
La suite N.º 3, incluye como
segundo movimiento un "aria" que se ha hecho aún más popular que la
suite completa. La belleza musical del aria tiene como soporte una melodía
principal que se entreteje eficazmente con las otras líneas melódicas que
conducen el violín y la viola.
Después de la muerte de Bach, las
suites cayeron en el olvido más absoluto y solo volvieron a sonar en febrero de
1838, cuando Félix Mendelssohn dirigió
la N.º 3, completa, en Leipzig.
Existen muchas versiones del aria
para diferentes instrumentos. Una de las que ha dado mayor popularidad a la
obra es un arreglo para violín y orquesta de un compositor alemán del siglo
XIX, transponiendo el aria desde la tonalidad original de re mayor a sol mayor
permitiendo de este modo que la melodía principal pueda ser ejecutada por el
violín en una sola cuerda, "Aria para la cuerda de sol".
El pianista de jazz Jacques
Loussier sobre los años 60
acompañado con bajo y percusión.
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